Por favor, trata de arrancarlo. Parece mentira que un grupo, cuyo nombre proviene de un objeto usado para evitar que abras la boca, te provoque unas ganas irremediables de ponerte a gritar. Así son Mordaza, un puñetazo distorsionado que oscila entre lo viejo y lo nuevo.

El cuarteto madrileño formado en 2024 conjura todas sus influencias en un vórtice de fuego. Su centro de gravedad pone la contundencia en medio del meollo, pero su espíritu melódico se arraiga hasta el tuétano. Encasillarlos en el post-punk, el noise pop o el punk rock sería vago e inexacto. Mordaza van mucho más allá.

Un sonido honesto, potente y con un mensaje antigeneracional. Ya basta de himnos generacionales, valga la redundancia. Lo que necesitamos son bandas como Mordaza y canciones que pongan un cuchillo en la garganta del estatus quo. Como las suyas.